lunes, 23 de mayo de 2011

NOTICIA: Una maestra intento suicidarse.

Ciudad de México.- Una maestra intentó ahorcarse para no ver más a sus alumnos de primaria, quienes la agredían constantemente. “Fue un caso que vi cuando estaba en el hospital Fray Bernardino Álvarez”, cuenta el psiquiatra Alfredo Romero, quien es jefe de urgencias del Hospital Psiquiátrico Infantil Juan N. Navarro.

“Llegó una maestra con un intento de suicidio. Cuando se empezó a averiguar la causa, fue porque los alumnos del salón, todo el grupo prácticamente, se dedicaba a burlarse de ella, le gritaban que era una fea, una naca”, recordó Romero. Los niños, además, le tiraban papeles, derramaban tinta en los materiales didácticos de la docente, y le ponían el pie para que tropezara, abundó.

La mujer buscó en vano apoyo en los padres de familia y en las autoridades escolares. Sólo le dieron algunos días económicos y al terminar éstos, por el terror a regresar a clases, intentó suicidarse.

Aunque este caso es uno de los más fuertes que ha visto el especialista, no es el único. La agresión de los alumnos a sus maestros es un fenómeno creciente en el DF, según un estudio que realizó Romero con 300 docentes de seis escuelas, ubicadas en Iztapalapa, Benito Juárez, Coyoacán y Gustavo A. Madero.

El psiquiatra considera que la muestra es representativa de lo que ocurre con los maestros en la capital, quienes, según sus estudios, padecen diversas patologías por estar enfrentados a un medio hostil.

“La mayor parte de ellos tiene algo que se llama estrés postraumático, el cual se da por estar enfrentados a problemas que rebasan nuestras capacidades emocionales. Si en la primaria la agresión es verbal, en la secundaria llega a ser física. Insultan al maestro, e inclusive le llegan a pegar”, afirmó el experto, quien también detectó alcoholismo y trastornos depresivos en los educadores.

Los niños agresores provienen de familias disfuncionales y violentas. Y no son los únicos atacantes, sus padres también lo hacen, aseguró Raúl Zúñiga, director de Educación para la Paz, en la Comisión de Derechos Humanos del DF (CDHDF).

Las familias esperan a los maestros afuera de la escuela, y han llegado a propinarles golpizas. Estos hechos están muy relacionados con el incremento del narcomenudeo dentro de las escuelas, el cual es efectuado por los propios alumnos, aseguró Zúñiga.

Durante uno de los talleres de la CDHDF uno de los niños dijo que ya no quería vender droga en su escuela, pero que en su casa lo obligaban. Uno de sus maestros intentó ayudarlo a salir del delito, y pagó caro sus buenas intenciones.

“A la semana siguiente el maestro es amenazado de que si sigue fastidiando a su hijo se la va a ver con el papá. El padre va a la escuela, lo amenaza y le dice que le tiene que permitir al hijo seguir haciendo negocio”, refirió Zúñiga.

No hubo solución para la situación delictiva en que la familia había involucrado al niño. Al maestro lo tuvieron que cambiar de escuela, pues fue amenazado de muerte.

Según Alfredo Romero, las agresiones a maestros son más frecuentes en Iztapalapa y Gustavo A. Madero; pero Faustino Gómez, segundo superintendente y director de las Unidades de Seguridad Escolar de la Secretaría de Seguridad Pública del DF, considera que en la actualidad la agresión a los maestros se da por igual en todas las delegaciones.

La violencia ha llegado a situaciones muy peligrosas, en que la secretaría ha tenido que intervenir con sus policías, “hay antecedentes en los cuales unos directores nos solicitaron acudir a algunos planteles para hacer la presentación de alumnos que han tenido en su poder armas de fuego o armas blancas”, contó Gómez, quien coincide con la percepción de la CDHDF de que la violencia de los alumnos hacia los maestros está muy relacionada con la venta y consumo de narcóticos? en las escuelas.

“La violencia va amarrada de las adicciones. Se torna el joven más agresivo, tanto contra sus compañeros como contra sus maestros”, afirmó Gómez, y dijo que ha detectado que la droga más vendida es la llamada piedra, un residuo de la cocaína mezclado con otras sustancias toxicas, que se vende entre 20 y 30 pesos, precio que está al alcance de los alumnos.

De acuerdo con Claudia Vázquez, psicóloga del Servicio Psicoeducativo del Hospital Psiquiátrico Infantil, el alcohol también se ha convertido en uno de los factores potenciadores de la violencia en los colegios.

“Muchos de los casos que nos llegan están relacionados con el alcohol. Niños de 12 o 13 años que ya están acostumbrados a la sustancia. Las escuelas, en todos los niveles sociales, se han ido rodeando de bares”, comentó la psicóloga.

Otra causa de la agresión hacia los maestros es que en la actualidad, por disposiciones oficiales, los estudiantes con trastornos de personalidad tienen que ser admitidos y los docentes no saben cómo manejar este tipo de conflictos.

Claudia Vázquez está trabajando con estos casos, y uno de ellos es muy difícil: “Tiene 12 años. Reacciona con golpes ante la persona que tenga enfrente. El prefecto, la maestra, la directora, quien sea”, narró la psicóloga.

La agresión no sólo se da en escuelas públicas, agrega la especialista, en las privadas también ocurre, y se manifiesta cuando los estudiantes humillan a sus maestros diciéndoles que cobran gracias a que ellos pagan su colegiatura.

Alfredo Romero considera que estos chicos que humillan mediante la colegiatura a sus maestros provienen de familias donde no se les enseñan valores éticos.
Publicadores:                                                                                     
Eder Rodrigo Paredes Rodriguez                                                    
Vanessa Fernández Vilchis                                                         
Erick Barbosa Rito
Cynthia Jacqueline Valdes Olmedo      
Daniel Javier Trejo Jiménez                                         
Estefania Sánchez Alvarez                                                                     

Colaborador:
Cristian Alarcon Alvarez

Responsable: 
Zelma Dávila Ortega
(Orientadora)

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